mayo 18, 2013

SECUESTRADOS POR OVNIS EN LA EDAD MEDIA.





No es que deseamos ver lo que queremos creer, tampoco es que adaptemos las cosas a lo que nos conviene. Lo cierto es que: la cosa allí está… ¡ni mas ni menos! No es buscarle tres pies, ni mucho menos.

La historia posee una enorme documentación que registra hechos y sucesos para aquellos tiempos inexplicables y hoy lo siguen siendo. Vamos al siglo XIV, imaginemos ese tiempo, lleno de fanatismo religioso y de escaso adelanto científico. Las cosas extrañas solo eran atribuidas a la intervención divina o satánica. Allí solo se movían ángeles o demonios y su corte celestial o su séquito de diablos. No se conocía el término OVNI, nave extraterrestre o astronautas de otros mundos, pero este tipo de fenómenos surcaba el cielo como tal naturalidad como lo hacen hoy, desafiando la intelectualidad de los hombres sabios de aquella época. 

Que los OVNIS existían no hay duda y para muestra un botón, como decía mi abuelita. Carlomagno, el emperador ante la insistencia de las apariciones voladoras proclamo varios edictos donde condenaba a muerte y si no la tortura a los que llamó “tiranos del aire”, cuya descripción encuadra como anillo al dedo con la que hoy tenemos y motivo de estudio de los ovniólogos.

El rey Luis el Magnánimo relata algunos incidentes contenidos en las “Capitulares del Emperador” En ellas se refiere a lo “aéreos” los cuales causan impresión de terror a su paso por que raptaban a hombres y mujeres para mostrarles el mundo de donde venían. Lamentablemente aún cuando las intenciones eran pacíficas, cuando los abducidos (raptados por extraterrestres), retornaban a esta tierra tenían un ingrato recibimiento por parte de sus congéneres, los que se habían quedado en la tierra.

Así Luis el Magnánimo consigna: “Cierto día tres hombres y una mujer fueron vistos en Lyon al descender de una de estas naves del cielo. El pueblo entero los rodeó gritando que era magos enviados por Grimaud (Duque de Benevento), para destruir las cosechas de Francia”. No esta demás decir que aquellos infortunados e inocentes seres intentaron explicar que nada tenían que ver y que ellos eran tan franceses como toda la multitud y que habían sido raptados por seres que les habían mostrado maravillas nunca vistas y los habían dejado en libertad para que contaran la historia.

Lo último que se supo fue que Agobardo, arzobispo de Lyon (779-840), ordeno investigar el asunto y tras el informe mando a lapidar a los tres hombres y la mujer. Se ignora se los acusados lograron sobrevivir a la paliza, ya que el relato del viaje era tan vívido que decían haber estado en “Magonia”, donde el tiempo transcurría a un ritmo diferente al de la tierra. Seguramente Einstein si los hubiera entendido…..¿no les parece?

El nombre de aquel extraño lugar fue motivo para el título de un excelente y libro, símbolo sobre el tema de los no identificados y escrito por el físico y ex asesor de la NASA , Jacques Vallee.

Así que no es que veamos lo que deseamos ver, si no que los que no creen, no quieran ver. 
.siglo30.com

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